El anime tiene su peculiaridad a
la hora de reseñar: por lo menos para mí lleva mucho tiempo, porque si bien me
encanta, le dedico otro tiempo de producción, saco screenshots de las escenas
que más me gustaron (porque no me gusta buscar imágenes random por internet);
Por eso ustedes se preguntarán (especialmente
los que me seguían por eso) ¿Por qué
ya no reseñas tanto anime como antes? Es que desde hace unos años siento
que el blog me queda chico para expresar lo que quiero de las series animadas,
me falta movimiento, me falta una fluidez que siento que el blog no me lo da. Desde
hace dos años (por dios como pasa el tiempo), estoy pensando una
alternativa, una manera de solucionar este problema, y ahora que estoy por
conseguir esos recursos voy a ver si puedo llevar a cabo ese experimento.
Va a ser un cambio drástico si lo
consigo, pero es una decisión que medité por mucho tiempo, y que no es fácil de
hacer, por lo menos para mí. Sinceramente amo el anime, es “mi refugio” de ahí el nombre del blog, pero
quiero una mejor herramienta para
expresar mis ideas.
También hoy les quería traer otra
reseña, pero no llegué a tiempo con la relectura de cierto manga, que fue el
primero que reseñé en el blog (MUY MAL YO pero tengo una buena excusa: la tesis
me chupa demasiado tiempo), pero en su lugar, para no dejar el espacio vacío,
les traigo una pequeña reseña de una gran película que moría de ganas de ver
y vi hace poco, que es:
Kono Sekai no Katasumi ni
Quizás no les suene, pero esta
película fue multipremiada tanto en su formato original como en su adaptación
al anime. Esta historia de Fumiyo Kouno
obtuvo los premios a la excelencia de Japan
Media Arts Festival en manga, y una colección de premios en su película, como
el premio a mejor animación por la Academia
Japonesa, entre muchos otros.
La adaptación fue estrenada el 12
de Noviembre del 2016 (adaptando 3 tomos de manga en 2 horas de película), e
inicia en los años previos a la
Segunda Guerra Mundial enfocándose en la historia de vida de Suzu Urano, una niña de Hiroshima como cualquier otra, que
estudia y ayuda en la casa, pero también que tiene una gran imaginación y le
encanta pintar. Es una niña muy ingenua y dulce, fácilmente nos vemos
entretenidos por ella mientras el tiempo avanza rápidamente y llegamos a su
edad de casadera, donde un muchacho viene de lejos a solicitar ser su esposo.
Su matrimonio inicia con ese
muchacho que parece que llegó de la
nada, algo bastante peculiar de la época, y es afortunada de que la familia de
su marido sean igual de afectuosos que ella. Si bien en esa época tenemos esa
familia feliz, también da inicio la
Segunda Guerra Mundial: por las calles comienzan a circular hombres con
uniforme, la gente a trabajar en las fábricas o se convierten en administrativos
del ejército, y el paisaje también se ve afectado por la bahía donde comienzan
a circular grandes embarcaciones militares apareciendo hasta el famoso
portaviones Yamato.
Suzu ya no vive en la ciudad de Hiroshima,
pero igualmente estaremos sintiendo una tensión constante cada vez que se
menciona la famosa ciudad vecina, y también la guerra se hará presente en donde
vive ahora por los bombardeos, las alarmas y todo lo que trastoca el día a día
normal de esa gente.
Creo que todos los que tengamos
algo de interés en la historia sabemos lo que sucedió en Hiroshima, así que
estaremos contando los años y los meses mientras se aproxima ese día horrible
en la historia, mientras todo irá empeorando con los bombardeos cada vez más
frecuentes, cerrándosenos el corazón en los momentos más duros que deberán
enfrentar llenos de miedo, agonía y tristeza.
Cabe destacar que si bien la
historia tiene sus momentos duros y frustrantes, no llega a los niveles de
dolor de La Tumba de las luciérnagas, la emblemática película de Isao
Takahata que está inspirado en las memorias de un escritor superviviente de la
guerra, que es cruda, nos desgarra por dentro. En Kono sekai no Katasumi ni, que se podría traducir como En esta esquina del mundo,
tenemos la calidez que dan los personajes, lo que nos permiten sobrellevar gran
parte de la trama hasta la recta final cuando, ahí sí, no hay quien nos
rescate del dolor de presenciar algunas escenas, no tan crudas pero sí dignas
de una película en contexto de guerra. Si se preguntan si hay algo explicito
que los haga salir huyendo del reproductor de vídeo, es muy leve, y no llega
jamás al grado de Pies descalzos (que todavía no me he animado a verla completa).
Sobre la animación de Mappa aquí
es de lo más curiosa, jugando con el estilo de la mangaka con sus colores
pasteles y los diseños de personajes algo aniñados, pero siempre con una
hermosa animación característica del estudio que no decae en calidad.
Creo que a quienes les gustan las
películas históricas, con el drama no de los soldados, sino de los civiles que
pasaban sus penurias en épocas de escases y que además debían afrontar mil
dificultades para sobrevivir, esta película les va a gustar. El gran matizador de dolor es la propia
protagonista, a la que van a querer abrazar en los momentos más duros, pero
ella también va a crecer, madurar, y saberse cuidar y cuidar a su familia. Ya
les digo, no se van a querer cortar las venas con un bizcocho como con La tumba de las Luciernagas, pero tiene
sus momentos duros, que valen la pena apreciar. MUY recomendada, y ¡sólo dura dos horas!
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