sábado, 12 de marzo de 2022

Grass - Novela gráfica



Autora: Keum Suk Gendry-Kim
Género: Biografía
Año: 2017
Páginas: 480
Sello editorial: Drawn and Quarterly


Si conocen algo de la historia de Japón y Corea, sabrán que Japón ocupó Corea desde inicios del siglo XX hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando el imperio japonés buscó seguirse expandiendo conquistando parte de China, siendo la Guerra de Manchuria o la invasión a Shangai de los eventos más conocidos en la historia del país asiático.

Durante las guerras y las ocupaciones de países, sin importar de qué país estemos hablando, los crímenes de guerra siempre vulneran los derechos de los civiles, más que nada niños y mujeres. Ese es el caso de esta historia que retrata el relato de Okseon Lee, superviviente de las “mujeres de confort” de la ocupación japonesa en Corea, que ahora vive en “House of Sharing”, un hogar para estas sobrevivientes financiado por templos budistas .


Monumentos en House of Sharing, 
hogar para estas mujeres que lo perdieron todo.


El relato de esta abuela es terrible desde el inicio: durante su pobre infancia no hacía más que trabajar y cuidar de sus hermanos menores, al ser mujer sus estudios no importaban, y su mayor deseo de ir a la escuela no era escuchado, ya que eran los varones los que tenían derecho a estudiar. En familias tan pobres a veces se daba que algún hijo era vendido o dado a otra familia a cambio de que lo criaran, y ese fue el caso de Okseon, cuya suerte fue empeorando de ahí en más, trabajando para distintos lugares que la vendían y la revendían. Un día, haciendo un recado, militares coreanos la secuestraron y la entregaron a una dependencia japonesa para “trabajar en Manchuria” durante la ocupación japonesa en China, en una casa de donde no podían escapar y eran explotadas sexualmente niñas y adolescentes como “mujeres de confort” para los soldados japoneses. 

Haz clic para agrandar.

El cómic así retratará, por medio de sus pinceladas de tinta que emular un arte antiguo, los peores años de la vida de esta anciana, en los cuales fue abusada, pasó hambre y fue golpeada, para luego ser liberada y seguir con una vida miserable y triste, en la que en ningún momento supo ser feliz.

Imagen del inicio de la historia.


En general me pareció un cómic que retrata bien estos años y cuyo arte es interesante, pero pareciera que se queda en el retrato de esos años y no realiza una posterior reflexión, lo que lo hace sentir un poco como un cómic que se queda en mostrar solamente el morbo de la guerra (aunque esa no sea la intención de la autora). Tampoco sabe plasmar la lucha posterior de las abuelas que todavía sobreviven, y que se sobrepusieron a la discriminación de sus propios compatriotas y la minimización del gobierno japonés, que juntos las intentaron acallar. Creo que no retrata bien lo que fue para ellas sobreponerse a ser tratadas como parias por su propia sociedad, para luego aparecer en canales de televisión y en conferencias para alzar su voz. E incluso tiene unas últimas páginas que a mi gusto fueron puro relleno, que van meramente sobre la dibujante y estuvieron muy mal logradas, no se entiende qué quiso transmitir con ellas.

Si bien hice un párrafo entero de crítica negativa, y tampoco creo que sea el mejor cómic biográfico de los que he leído (ese premio va para Maus, y Éramos el enemigo), aún así se lo recomiendo a aquellos que tengan estómago y quieran conocer uno de los tantos trágicos testimonios de quienes vivieron una situación tan terrible como fue ser esclava sexual de lo que parecía un negocio organizado en medio de la guerra. Lamentablemente es algo que pasó en muchos lugares, y que sigue pasando con la trata de mujeres y niños.

Fotografía de "Mujeres de confort" en condiciones deplorables.


¿Dónde leerlo?: Digital Library of Korea Literature (hay que hacerse usuario para pedir prestado libros, encuentran libros en varios idiomas, incluyendo inglés, portugués, y español; Grass lo leí en inglés y me demoró unos dos meses para que me avisaran que estaba disponible, me dieron unos 15 días para leerlo).

martes, 1 de marzo de 2022

Pachinko - Novela



Autora: Min Jin Lee
Género: Novela histórica
Año: 2017
Páginas: 544
Sello editorial: Quaterni


Cuando comenzamos a adentrarnos en la literatura del este de Asia un nombre que siempre resuena es “Pachinko” como uno de esos libros que “tenés que leer” de la literatura Coreana.

Por medio de la excusa de un reto que se realiza en Instagram, organizado por Lecturas_Niponas, tocaba el turno de Corea, así que decidí dejar de tener este eterno pendiente entre mis libros por leer y le di su debido turno para que me cayera como si fuera una bomba de lo imponente que es.


Este libro nos relata la historia de cuatro generaciones de coreanos viviendo en Osaka, Japón, a partir de 1910, cuando durante la ocupación japonesa en Corea, eran muchos los coreanos que decidían emigrar en busca de oportunidades laborales o por estudio hacia Japón. La historia de Sunja, nuestra protagonista, es bastante trágica: ella emigra por necesidad, ya que quedó embarazada de un hombre casado, y siendo muy joven es casada con un pastor protestante que decide darle una familia; él es muy bondadoso, pero el mundo al que se dirigen no tiene piedad con los coreanos.



Destinados a vivir en guetos, Sunja se las tendrá que ingeniar para sobrevivir ante distintas inclemencias a la que la expondrá la vida: su familia bondadosa se verá azotada una y otra vez por un régimen que le demuestra que los coreanos no tienen los mismos derechos que los japoneses, donde profesar una religión que no es la del sintoísmo es un delito, donde los estudiantes por buenos que sean seguirán siendo tratados como ciudadanos de segunda, donde solo parece que a su familia le esperará lo peor.

Es un relato que por momentos si uno tiene un conocimiento general de la época -y de la región- se puede esperar ciertas cosas, sin embargo es duro leerlo, y es duro leer como sin importar el paso de las décadas (el relato llega hasta 1989), algunas cosas no parecen cambiar, principalmente en el trato de la sociedad japonesa a los extranjeros asiáticos (en este caso puntualmente a los coreanos). Si bien a mi me gusta mucho el anime y eso me llevó a interesarme por la cultura japonesa, nunca me hice la ciega a las problemáticas que presenta esta sociedad, siempre tuve en claro esa barrera que imponen frente a los extranjeros en general al ser ellos una isla y sentirse aislados del resto del mundo, sintiéndose de alguna manera culturalmente mejores y superiores en algunos casos. 


Imagen de la adaptación que está por estrenar en Apple


Obviamente no todos los japoneses piensan así, no todos son “malos”, de hecho se dice en el libro en más de una ocasión que sería ingenuo generalizar, lo cual resulta casi que irónico, porque constantemente estamos viendo qué los japoneses “malos” a los coreanos mismos se los está generalizando al tratarlos de vagos, aprovechados y delincuentes. Y no importa que tanto se esfuercen algunos, la imagen de la mayoría o de algunas manzanas podridas siempre aplacará a los demás.

Algo que me sorprendió mucho del relato, fue el narrador; pensemos que es un libro que cubre cuatro generaciones: los padres de Sunja, Sunja misma, sus hijos, y luego sus nietos. Uno podría pensar que cada uno tendría su voz, en cambio la autora optó por un narrador omnisciente ajeno al relato, una voz que nos pone en contexto en cada diálogo y situación, dándonos la perspectiva de que conoce su pasado, el presente de las intenciones y los pensamientos de los personajes, y el futuro. La verdad es que me pareció un gran acierto este narrador, porque estamos hablando de un espectro tan grande de décadas y de personajes que es necesario una mirada externa a los personajes.   

No quiero que se desanimen al decirles que es un relato duro y que salgan corriendo, pero debo ser sincera: se me hizo tan difícil de leer, que los últimos "años" se me hicieron cuesta arriba, porque el mensaje es que pareciera que la sociedad nunca va a cambiar, y no importa que tan lejos llegues socioeconómicamente, siempre te van a mirar desde arriba.

Korea Town en Ikaino, Osaka en la actualidad.


Sinceramente creo que es un relato que vale la pena que se le de su debida oportunidad. Me da lástima haberme demorado tanto en leerlo, pero creo que lo importante es el mensaje que deja, el de cuestionarnos a nosotros mismos y a la sociedad en sí, en las limitaciones y el tipo de tratos que se les da los emigrantes, cuestionarnos ¿Cuándo se deja de ser emigrante? porque en el relato se nos demuestra que los nacidos en Japón pero de ascendencia coreana siguen siendo tratados como extranjeros legalmente, no se les da una ciudadanía y al mismo tiempo no tienen otro país al cual “volver” perdiendo ese sentimiento de arraigo de cuestionarse ¿Cuál es mi patria? Creo que para la mayoría de nosotros, desde países tan distantes, es algo muy difícil de comprender, pero que los migrantes pueden compartir. 

Sin más que decirles, anímense a leer Pachinko, les mostrará una parte muy dura y cruel de la historia coreana y japonesa que hay que conocer.