Autora: Chimamanda Ngozi Adichie
Año: 2003
Páginas: 304
Sello editorial: Literatura Random House (Penguin Random House)
Conocí a esta autora a través de algunas notas en internet y con la
llegada de una hermosa re edición de Penguin Random House de toda su obra. Leía
en esas notas que es una mujer Nigeriana de padres universitarios, y que es una
feminista que pelea por los derechos de las mujeres en un país conservador, bajo
un contexto en el que “feminista” es un insulto.
Charla con la que conocí a la autora y se ve reflejada en toda su obra.
(Hay un librillo que se llama igual y es una transcripción de esta charla)
(Hay un librillo que se llama igual y es una transcripción de esta charla)
La tenía que leer, me dije, pero pensé en que era una autora nigeriana y tenía miedo a la barrera cultural; anteriormente no leí nada de autores puramente africanos, pero me animé. Elegí este libro de sus obras porque no era ni muy corto ni muy extenso (aparte la portada tenía un qué se yo que me llamaba), y lo propuse para el #clubdelectura.uy, y salió elegido.
Me encontré con un relato ameno, en el sentido de que la manera de
redactar era amigable para leer, más allá de que tuviera algunas palabras igbo
en los diálogos que no se tradujeran y que me desubicaron al comienzo, pero que
una vez que me fui acostumbrando se me hicieron muy llevaderos.
Y, a todo esto, ¿de qué trata el libro?… la historia que nos trae esta
autora es muy dura:
Nuestra relatora es Kambili, una jovencita que nunca ha tenido voz
propia y que observa con terror que su vida ha quedado patas para arriba desde
que visitaron a su tía Ifeoma. El libro
está dividido en tres partes: comienza en el Domingo de Ramos, en el cual su hermano Jaja se rebela ante su
padre decidiendo que no iría a la misa, generándose un enorme escándalo; Luego vemos el antes del Domingo de Ramos, en el
cual nos encontramos a la familia extremadamente conservadora y asfixiante
en la que viven los dos hermanos, y que tras la visita de su tía Ifeoma los
lleva cuestionarse todo lo que su padre les ha inculcado hasta ese momento; Y
el después del Domingo de Ramos, en
el que se da la resolución de la historia (y que prefiero que descubran ustedes
mismos).
Eugene, el padre de Jaja y Kambili, es un hombre que tras la llegada
de la colonización del hombre blanco adora
a los europeos cuya palabra es sagrada; de hecho el medio de “conquista” por excelencia del “hombre blanco” es la religión, en la
cual se les impone a todo un pueblo la
re educación donde ser católico cristiano: adorar a dios, Jesús y todos los santos es la norma y sus raíces pasan a ser paganas. A esto
se le suma lo que el padre de ellos adopta de estas costumbres impuestas: abandonar
su nombre igbo para ser llamado por su nombre de la confirmación, sólo se puede hablar en inglés frente a él (le dice
Kámbili a Kambili), la mujer no debe usar pantalón, sus familiares paganos no
pueden ingresar a su hogar (así sea su propio padre), además de ser sumamente
exigente con sus hijos marcándoles un cronograma de actividades del cual no
pueden separarse, y si no cumplen sus expectativas, terminarán siendo golpeados para expiarse de los pecados, como su
esposa, quién parece ser la bolsa de boxeo de descarga de Eugene.
Aquí quiero mencionar una frase terrible de Kambili, cuando queda
segunda de la clase, y que es llamada por su padre, ella esconde sus dedos de
los pies debajo de la alfombra y dice algo así como “por lo menos ellos estarán
a salvo de la ira de padre”.
A muchos probablemente les choque lo asfixiante que resulta el
comienzo del libro, además de la mentalidad de la protagonista que solo desea
agradar a su padre quien es su único referente a admirar, aunque hay que
comprender que nunca se le permitió pensar por sí misma ya que fue adoctrinada por su padre, así como él lo
fue por la iglesia, volviéndose su padre una especie de santo o ser
magnífico que es inigualable.
La trama a su vez nos va mostrando a una Nigeria en la que comienza
una nueva dictadura y se encuentra en lucha con la modernización, el cambio
cultural, el qué adoptar de los extranjeros y el qué mantener de sus raíces; en tanto que una familia rica que fue
absorbida por el qué dirán y cómo debo actuar para agradar al hombre blanco
(que es su ideal a imitar) pasa a
desmoronarse (las referencias a “Todo
se desmorona” de Chinua Achebe son constantes), mientras nos encontramos
una mirada fresca y audaz, que es lo que representa la Tía y los primos que
tienen una cabeza más moderna y también adoptan la religión católica, pero a la vez no abandonan su cultura.
Es aquí, en la convivencia con esta otra parte de la familia, que las
cabezas de los hermanos hacen “clic”
y finalmente pueden ver que la manera adoctrinada
con la que han sido criados no les permite tener una personalidad ni deseos
propios, y caen en la cuenta de la falta de libertad que ellos tienen. Y
así lo ven representado en “La flor
púrpura”, que es una flor alterada genéticamente para adoptar otro color,
otra representación, y que no todo es blanco o negro, sino que hay matices y
que hay que saber ver la vida desde una perspectiva más amplia.
Fuente |
Es súper interesante lo que nos transmite la autora en esta obra, nos
lleva tanto a conocer a un país que no conocía más que de nombre, a observar la
rica evolución de dos hermanos que, tras que le rompieran todos los esquemas y
los llenaran de inseguridades, pudieran finalmente crecer. Y además podemos ver
esa crítica social tanto al cambio cultural forzado e ignorar las raíces, como
también a este tipo de crianza rodeada de dogmas y prohibiciones, que
lamentablemente trasciende fronteras y años (ya que sacando cuentas de varios
detalles logré estimar que la historia se ubicaría en los años 80).
Les recomiendo esta obra fuertemente, si quieren experimentar leyendo
algo que los saque completamente de contexto y los lleve a reflexionar (me
llevó más de una semana poder hacer esta reseña y no fue fácil).
Agradezco muchísimo a Penguin Random House por brindarme el ejemplar para
reseñar, y espero leer más de esta autora más adelante. Para más información
del ejemplar puedes visitar Me Gusta Leer.
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