miércoles, 27 de diciembre de 2017

A la vuelta - Libro


Autores: Nicolás Kronfeld y Germán Kronfeld
Año: 2017
Páginas: 303
Sello editorial: Aguilar (Penguin Random House)

Corría el año 2013 y una idea que explotó en las mentes de dos hermanos que soñaban con recorrer el mundo se concretó, y comenzaron un viaje que les llevaría 3 años y medio, y nos lo narran en esta obra.

Nicolás y Germán son dos muchachos que se animaron a dar un gran paso que muchos no nos atrevemos: el dejar todo, dejar el trabajo, la rutina, la familia, y aventurarse en lo desconocido de un viaje, conociendo cada país, sus culturas con sus diversas costumbres, tratar de tête à tête a sus habitantes, trabajar en lugares nuevos con sus dificultades de idioma y cultura, pero así y todo, no perder la sonrisa que es acompañada por la buena onda.

Este libro no es el clásico manual de viajes, no es un libro que podamos imaginar como esos programas de tv sobre viajes (acá se me viene a la mente el uruguayo referente: Julio Alonso), que nos hablan de la majestuosidad de lugares históricos y paisajes inigualables. Este libro es más bien el de ese amigo que se va de viaje con mucho esfuerzo, que con mucha ilusión está cumpliendo un sueño, y viene y te cuenta todas las anécdotas que vivió.

Es así que esta obra está repartida en capítulos por países, comenzando con Australia, lugar donde vivieron por mucho tiempo, ya que allí se propusieron trabajar para sustentarse el resto del viaje. Cuentan anécdotas de lo mucho que les costó encontrar trabajo y donde se animaron a vivir… que la verdad no es para cualquiera. Y desde esa locura, al probar cosas que nunca antes habían hecho, como “el hacer dedo” (autostop), con los riesgos que eso conlleva, y cómo en Nueva Zelanda decidieron aprender de otras culturas por medio de la convivencia con familias que decidían recibirlos, y por sus comidas.

“decidimos que nuestro viaje no será solamente en busca de nadar con delfines o tiburones ni de escalar montañas y volcanes, sino que también nos interesan las historia comunes y representativas de los países y su gente”. Nueva Zelanda, pág. 46


Los países que se relatan son principalmente de Asia y Oceanía, a los que se suman alguna islita perdida del pacífico, y el destino final en Escocia donde volvieron a trabajar antes de volverse al Uruguay. Se omite el resto de los países que visitaron en Europa, probablemente por ser de los más conocidos entre todos los países, y que es preferible contarnos las dificultades y lo exótico que vivenciaron en estos otros destinos.

Me sorprendió enormemente este destino.

No todos los lugares son vividos de la misma manera y eso es evidente en el hecho que no todos los países son iguales, y no todos reciben a los extranjeros de la misma manera. Sorprende la calidez de los mongoles, pero se evidencia la distancia de los chinos; duele observar la prostitución en Filipinas, la pobreza en Camboya, y por otro lado se choca con las riquezas de Singapur y la occidentalización de Laos. Todos los destinos tienen algo para contar, y el libro resulta ser un rico aprendizaje tanto para los autores, como para los lectores quienes desconocemos los países o el detalle de convivir con los habitantes. Se nota que el libro les quedó corto a los hermanos, que tenían más cosas para contar de esos lugares, y que no pudieron narrarnos sus experiencias de todos los países que decidieron visitar.

“Adentro se vive el infierno. Cada lugar está colmado de prostitutas chicas, y no solo de tamaño. Los carteles indican que no pueden trabajar antes de cumplir 18. Acá los carteles no quieren decir nada.” Filipinas, pág. 66


Si tengo que destacar algún detalle técnico de esta obra (además del contenido que es invaluable), diría que me sorprendió mucho cómo está narrado, el contártelo como si fueras un amigo o un familiar, y que fuera tan visual con los detalles, hace atrapante el relato. Aunque fui notando cambios, especialmente en el capítulo de Rusia que está estructurado de manera diferente al resto y cómo en ciertas partes se notó que iban experimentando para ver de qué manera se sentían más cómodos escribiendo.

“No podía ser mejor. Sin idioma en común, sin entender del todo qué hacemos ni a donde vamos, nos abren las puertas de su hogar y nos hacen sentir espectacular. No se puede describir: la hospitalidad de ver que están dispuestos a darte todo, aunque más no sea un poco, emociona.” Mongolia, pág. 118


Además mencionar que cada capítulo está acompañado de fotografías de las personas con las que se encontraron o escenarios que acompañan el relato de distintas vivencias (igual de hermosas que la portada), y que es una lástima que no estuvieran a color (aunque sea realista de que eso encarecería mucho el libro en temas de costos), incluso figuran resúmenes de cada país al final de cada capítulo, con detalles que no fueron incluidos en el relato y resultan de lo más interesantes, es un gran plus.


Si tengo que decir algo que no me gustó mucho es que muchos destinos no están en orden de visita, sino que están bajo otro orden, quizá más conceptual, pero a mi ser interno que necesita del orden (de quisquillosa) me hacía rechinar cuando comparaban con algo que les pasó con anterioridad, y ese destino figuraba más adelante en el relato.

Y quizás hay algo que duele, y es un comentario que mencionan a la pasada mientras hacían dedo en Japón, y es la confianza que les transmite ser dos hombres blancos de viaje, dando a entender como las cosas podrían ser diferentes de ser mujeres; y es verdad, muchas de las aventuras y riesgos que toman estos chicos podrían ser difíciles para una o dos mujeres en su lugar. Probablemente las cosas habrían sido muy diferentes.

Casi que un secuestro ¿?

En general disfruté mucho de este libro, me resultó preciosa la mentalidad abierta con la que fueron, con la curiosidad y la urgencia por aprehender, el no bajar los brazos sino que anteponerse a las dificultades, el tirarnos tips y datos para quienes queramos viajar, y la manera en la que transmiten la historia de los países que marcaron a sus habitantes, ya que lo que este libro parece querer transmitir principalmente es cómo conocer a los países a través de su gente.


Que decir que si les gusta viajar, o como en mi caso sueñan con viajar, esta obra les va a gustar, la opinión de unos chicos comunes que se animaron a dar el salto y dejar todo para cumplir su mayor sueño es bastante inspirador. Ojalá les vaya muy bien con esta obra y salga el libro prometido de su recorrido posterior por Uruguay.


 

Muchas gracias a Penguin Random House por el ejemplar para reseñar, pueden encontrar más información de este y otros libros en su sitio web Me gusta leer

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