Autores: Nicolás Kronfeld y Germán
Kronfeld
Año: 2017
Páginas: 303
Sello editorial: Aguilar (Penguin
Random House)
Corría el año 2013 y una idea que
explotó en las mentes de dos hermanos que soñaban con recorrer el mundo se
concretó, y comenzaron un viaje que les llevaría 3 años y medio, y nos lo
narran en esta obra.
Nicolás y Germán son dos
muchachos que se animaron a dar un gran paso que muchos no nos atrevemos: el
dejar todo, dejar el trabajo, la rutina, la familia, y aventurarse en lo
desconocido de un viaje, conociendo cada país, sus culturas con sus diversas
costumbres, tratar de tête à tête a sus habitantes, trabajar en lugares nuevos
con sus dificultades de idioma y cultura, pero así y todo, no perder la sonrisa
que es acompañada por la buena onda.
Este libro no es el clásico manual de viajes, no es un libro que
podamos imaginar como esos programas de tv sobre viajes (acá se me viene a la
mente el uruguayo referente: Julio Alonso), que nos hablan de la majestuosidad
de lugares históricos y paisajes inigualables. Este libro es más bien el de ese amigo que se va de viaje con mucho
esfuerzo, que con mucha ilusión está cumpliendo un sueño, y viene y te cuenta
todas las anécdotas que vivió.
Es así que esta obra está
repartida en capítulos por países, comenzando con Australia, lugar donde
vivieron por mucho tiempo, ya que allí se propusieron trabajar para sustentarse
el resto del viaje. Cuentan anécdotas de lo mucho que les costó encontrar
trabajo y donde se animaron a vivir… que la verdad no es para cualquiera. Y
desde esa locura, al probar cosas que nunca antes habían hecho, como “el hacer dedo” (autostop), con los
riesgos que eso conlleva, y cómo en Nueva Zelanda decidieron aprender de otras culturas por medio de la convivencia con
familias que decidían recibirlos, y por sus comidas.
“decidimos que
nuestro viaje no será solamente en busca de nadar con delfines o tiburones ni
de escalar montañas y volcanes, sino que también nos interesan las historia
comunes y representativas de los países y su gente”. Nueva Zelanda, pág. 46
Los países que se relatan son
principalmente de Asia y Oceanía, a los que se suman alguna islita perdida del
pacífico, y el destino final en Escocia donde volvieron a trabajar antes de
volverse al Uruguay. Se omite el resto de los países que visitaron en Europa,
probablemente por ser de los más conocidos entre todos los países, y que es preferible contarnos las dificultades y
lo exótico que vivenciaron en estos otros destinos.
Me sorprendió enormemente este destino. |
No todos los lugares son vividos
de la misma manera y eso es evidente en el hecho que no todos los países son
iguales, y no todos reciben a los
extranjeros de la misma manera. Sorprende la calidez de los mongoles, pero
se evidencia la distancia de los chinos; duele observar la prostitución en
Filipinas, la pobreza en Camboya, y por otro lado se choca con las riquezas de
Singapur y la occidentalización de Laos. Todos los destinos tienen algo para
contar, y el libro resulta ser un rico aprendizaje tanto para los autores, como
para los lectores quienes desconocemos los países o el detalle de convivir con
los habitantes. Se nota que el libro les
quedó corto a los hermanos, que tenían más cosas para contar de esos
lugares, y que no pudieron narrarnos sus experiencias de todos los países que decidieron visitar.
“Adentro se vive el
infierno. Cada lugar está colmado de prostitutas chicas, y no solo de tamaño.
Los carteles indican que no pueden trabajar antes de cumplir 18. Acá los
carteles no quieren decir nada.” Filipinas, pág. 66
Si tengo que destacar algún
detalle técnico de esta obra (además del contenido que es invaluable), diría
que me sorprendió mucho cómo está narrado, el contártelo como si fueras un
amigo o un familiar, y que fuera tan visual con los detalles, hace atrapante el
relato. Aunque fui notando cambios, especialmente en el capítulo de Rusia que
está estructurado de manera diferente al resto y cómo en ciertas partes se notó
que iban experimentando para ver de qué manera se sentían más cómodos
escribiendo.
“No podía ser mejor.
Sin idioma en común, sin entender del todo qué hacemos ni a donde vamos, nos
abren las puertas de su hogar y nos hacen sentir espectacular. No se puede
describir: la hospitalidad de ver que están dispuestos a darte todo, aunque más
no sea un poco, emociona.” Mongolia, pág. 118
Además mencionar que cada
capítulo está acompañado de fotografías de las personas con las que se
encontraron o escenarios que acompañan el relato de distintas vivencias (igual de hermosas que la portada), y que
es una lástima que no estuvieran a color (aunque sea realista de que eso
encarecería mucho el libro en temas de costos), incluso figuran resúmenes de cada país al final de cada capítulo, con
detalles que no fueron incluidos en el relato y resultan de lo más interesantes,
es un gran plus.
Si tengo que decir algo que no me
gustó mucho es que muchos destinos no están en orden de visita, sino que están
bajo otro orden, quizá más conceptual, pero a mi ser interno que necesita del
orden (de quisquillosa) me hacía rechinar cuando comparaban con algo que les pasó
con anterioridad, y ese destino figuraba más adelante en el relato.
Y quizás hay algo que duele, y es
un comentario que mencionan a la pasada mientras hacían dedo en Japón, y es la confianza que les transmite ser dos
hombres blancos de viaje, dando a entender
como las cosas podrían ser diferentes de ser mujeres; y es verdad, muchas
de las aventuras y riesgos que toman estos chicos podrían ser difíciles para
una o dos mujeres en su lugar. Probablemente
las cosas habrían sido muy diferentes.
Casi que un secuestro ¿? |
En general disfruté mucho de este
libro, me resultó preciosa la mentalidad
abierta con la que fueron, con la curiosidad y la urgencia por aprehender,
el no bajar los brazos sino que anteponerse a las dificultades, el tirarnos tips y datos para quienes
queramos viajar, y la manera en la que transmiten la historia de los países
que marcaron a sus habitantes, ya que lo que este libro parece querer
transmitir principalmente es cómo conocer a los países a través de su gente.
Que decir que si les gusta
viajar, o como en mi caso sueñan con viajar, esta obra les va a gustar, la
opinión de unos chicos comunes que se animaron a dar el salto y dejar todo para
cumplir su mayor sueño es bastante inspirador. Ojalá les vaya muy bien con esta
obra y salga el libro prometido de su recorrido posterior por Uruguay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario