Autor: Pablo de Santis
Año: 2003
Páginas: 220
Sello editorial: Alfaguara –Serie
Roja- (Santillana)
Gracias a Santillana di con un libro que probablemente no hubiera
leído por mi cuenta, aunque admito que al ver el poster de la adaptación, que
sirve de sobrecubierta al libro, me generó algo de intriga.
Este libro de manos del escritor
argentino Pablo de Santis (del que no había leído nada antes) me transportó a
algo así como lo que fuera “Charle y la
fábrica de Chocolate”, pero con jugueteros.
La historia es más o menos así:
Iván Dragó, nieto del gran juguetero Nicolás Dragó, es un niño que como a su
abuelo le fascinan los puzles y crear juegos de mesa que requieren de un gran
ingenio. Él con sólo 7 años decide participar de un concurso para crear el
mejor juego de mesa y lo envía a la compañía “Juegos Profundos”.
Imágenes tomadas del tráiler de la película
Disponible en YouTube
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Más tarde le enviarían un correo
informándole que quedó entre un numero exorbitante de participantes y le regalarían
un tatuaje de fantasía que quedaría grabado en su mano como si fuera un tatuaje
real. Los años pasaban, el ganador no era anunciado, pero su vida, extrañamente comenzaría a cambiar dominada
por una fuerza superior, derivando en una gran debacle tras la desaparición
de sus padres.
Viendo el tráiler, nada que ver la película con el libro.
El libro tiene un narrador que va
jugando con el espíritu mágico de los cuentos para niños, sucediéndose eventos y diálogos exagerados –a propósito- para darle color a la lectura; pero para alguien
adulto y/o quizás no tan amigo de este estilo de narraciones puede ser algo desgastante
para leer.
“Ahorrativa e
ingeniosa, la vicedirectora del colegio, la señora Possum, había decidido
aprovechar las telarañas como decoración y por eso las había pintado de colores
vivos.” Pág. 66
Lo interesante del libro es ver a
un protagonista que va resolviendo un enigma tras otro dentro de su vida. Y la
narración, si bien no se me hizo afín, era ágil y los capítulos cortos ayudaban
a progresar rápidamente con el libro.
“Estaba triste por
despedirse de los luchadores, pero aliviado por dejar de ver los movimientos
que la mano blanca ejecutaba sobre el tablero.” Pág. 47
Otra cosa que no me simpatizó
mucho de esta historia fue el protagonista: me resultó un poquitín apático para
mi gusto pero quizás vaya de la mano de su “genialidad”, aunque tengo que ser
sincera sobre este punto y es que ninguno de los personajes dejó huella en mí
ni para bien ni para mal. Junto con la trama fue como un libro más que pasó,
nada memorable.
Igualmente considero que puede
ser una lectura muy interesante para un determinado público infantil-juvenil,
que le interese meterse en una historia fantástica más de la región Río
Platense y que le gusten los enigmas.
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