Autor: Gonzalo Cammarota
Año: 2014
Sello editorial: Sudamericana
(Penguin Random House)
Páginas: 342
Todos en Uruguay sabemos quién es
o hemos oído sobre Cammarota: algunos lo recordamos de su pasaje por la TV y el
stand up, pero lo conocemos principalmente por su rol como comunicador de Océano
FM que hace añares está en “Justicia Infinita” uno de los programas radiales más
populares.
En este programa tienen algunos
segmentos en el que el autor hace algunos personajes, pero hay uno que sale de
ellos y que se vuelve el protagonista de este libro: Francisco Perrone.
Francisco Perrone es un policía
de la unidad de Homicidios de Montevideo; es el clásico detective que debe
llevar los más estresantes casos, con muchas o ninguna pista que derive en la
solución del caso, o el archivo del mismo.
Perrone de por si es un hombre
con una vida destrozada. No tenía la familia ideal, pero si una muy buena, con
una esposa amorosa y atenta, y un pequeño hijo al que le transmitía su amor
pero con el que no conseguía conectar del todo. Un día se dejó arrastrar por la
tentación, echando a perder su familia, derivando en la separación, perdiendo
el contacto de su hijo, y la que era su adorada esposa se volvió la más fiera
mujer rencorosa que le hace la vida imposible.
El alcohol y el trabajo se convirtieron
en su refugio, y a su trabajo llega un caso de un mundo que le es desconocido:
El carnaval. El líder de uno de los grupos más importantes de Parodistas ha
fallecido, la única pista es una caja de antirretrovirales que no pertenece a
la víctima y no tiene huellas reconocibles.
De ahí en más Perrone y su
compañero Julio Hermida se enfrascarán en días sin dormir, resacas y frustraciones
por una investigación que no parece ir por ningún lado, y donde los sospechosos
son numerosos ya que el finado no es querido por nadie.
Foto tomada del diario "El País"
Me llamó la atención las
introducciones que se encuentran en el libro; normalmente cuando leemos un
libro extranjero son escuetas las descripciones que nos hacen de sus culturas y
los lugares que visitan; aquí Cammarota se toma el extenuante trabajo de
describirnos con lujo de detalle los barrios que los policías deberán visitar y
así como Perrone que no sabe nada del carnaval, Julito y los demás
interventores se encargarán de explicarle a él (y a nosotros por defecto),
sobre el intrincado mundo que se despliega detrás de los tablados en el mes de
febrero. Si pensamos en alguien que desconoce Montevideo o mismo el tema que
nos confiere el Carnaval, esto puede servir de ayuda para que la persona se
sitúe mentalmente en el lugar; a mí personalmente, que si bien no soy de
Montevideo pero que conozco la ciudad, me resultó un poco cansador que las descripciones
fueran tan extensas, aunque ojo, no lo considero algo malo, y por el lado del
carnaval me divertían ver las reacciones del detective ante todo lo que se
mueve por detrás.
Sobre los personajes debo de
decir que son demasiados realistas, y aquí voy a que uno ve a los policías en
un ambiente de “machos”, y que aunque ahora estén entrando más mujeres “a la
fuerza”, siempre se vio a esta profesión como algo de hombres. Podrán
imaginarse cómo pueden llegar a ser aquellos que, como Perrone, son machistas
por excelencia, con sus chistes de cantina, en lo que los demás le celebran sus
ocurrencias más homofóbicas o degradantes. Por suerte tenemos a algunos que
equilibran dentro de todo, como su compañero Julio o su jefe Lorenzo, que más
políticamente correctos le corrigen alguna cosa o en el caso del paciente
Julio, le sirve como cable a tierra. Sobre esto debo de decir que me perdí la
mitad de los chistes, en el sentido de que vi que había un sentido del humor
que poco y nada comparto, y que recién allá sobre el final del libro algún
chiste me podía llegar.
En este punto quiero agregarle
algo, y es que el escritor se desliga de sus personajes, los describe y juega
con su conocimiento académico como buen ex estudiante de psicología analizándolos
a cada momento, pero siempre manteniendo la distancia de su personaje principal
y del resto. Un protagonista al cual se podría denominar como una figurita a la
que no todos nos agradará, por suerte cada tanto logra poner de lado su cruda
personalidad, aparta su rudeza para mostrar una cara más amable, permitiéndonos
más acá o más allá llegar a empatizar con él.
Ahora de esta novela negra sentí
que presenta un formato amigable, quizás por ser la primera de Cammarota lo
hizo sin intención (o quizás si fuera intencional), pero nos tira numerosos
datos que nos permiten ir conectando el puzzle antes que los propios
investigadores lo consigan. Nosotros notaremos antes los principales entramados
que llevaran a la muerte de Luis Furnía alias “el Chato”, pero quizás logremos
llegar junto con los policías a la conclusión del caso.
Si tengo que dar las pálidas diré
que se me hizo un poco lento (aunque también ligero, si puede resultar
contradictorio), más que nada por el comienzo del caso, acompañando de que la
investigación no iba para ningún lado y que la vida de Perrone era una miseria,
pero así y todo era leíble (no llegaba a niveles de denso e impasable en ningún
momento), y se volvió poco a poco más disfrutable.
En general puedo decir que fue un
libro que me resultó entretenido, mismo para meterme más en el ambiente quise
leerlo en febrero para acompañar el relato con sus comentarios de los 30º a la
sombra, y del ruido de los tablados en las noticias y en la ciudad. Para ser el
primer libro del género que escribe el autor se nota que hubo un trabajo
exhaustivo de investigación por su parte, y que lejos de ser una investigación policial
de gente de primer mundo, se notan las grandes dificultades que pasan los
policías de nuestro país, me gustó que fuera palpable, realista, por lo que
técnicamente puede decirse que es una buena obra.
Muchas gracias a Penguin Random
House por el ejemplar, para más información pueden visitar su sitio web: Me gusta leer Uruguay
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