Autor: Agatha Christie
Año: 1939
Páginas: 224
Formato E-book
Aunque nunca hayamos leído algo Agatha
Christie seguramente alguna vez la hemos sentido mencionar por su reconocida y
larga trayectoria como escritora de novelas de misterio. Por ejemplo, en mi
casa hay dos novelas de su autoría desde que tengo memoria; son de mi madre, pero
nunca me llamaron la atención. Opté por perderme entre “las cadenas de Sultana”,
los viajes de Julio Verne y obras de Sir Arthur Connan Doyle, entre muchos otros.
Fui creciendo, mi lugar en la biblioteca de la casa también, y esas obras de
Christie nunca las toqué, nunca me pico la curiosidad de leerlos.
Finalmente el destino quiso que
leyera a esta autora ganando en la elección del libro de febrero en el
#ClubdelecturaUY, pero aunque no era ninguno de los dos libros que había en
casa, conseguí el formato digital en el grupo de facebook del club y me dispuse
a leer.
Imagen por Stephanie Campi
Al comenzar me encontré con una
situación que no me gustó, y fue darme de frente con la extensa introducción de
cuatro capítulos de duración redactada de una manera poco amigable. Allí se
introduce una serie de personajes que se dirigen a la “Isla del Negro”, con
diversas excusas de ser invitados por un tal señor Owen que ninguno conoce. Los personajes serán 7 curiosos miembros de
sociedad, algunos ricos otros no tanto, y 3 sujetos contratados como empleados
del rico matrimonio Owen.
Los 10 individuos se encontrarán
en la mencionada isla tras un dificultoso viaje en tren y barco, para darse
cuenta de que sus anfitriones no estarán entre ellos. Igualmente los dos
miembros de la servidumbre serán instruidos por carta para los quehaceres y
rutinas de la mansión.
Al alojarse en sus respectivos
dormitorios se encontrarán con una carta que contiene solamente una tétrica
nana que será una suerte de premonición de lo que pasará a acontecer en los
siguientes días:
"Diez negritos se
fueron a cenar;
uno se asfixió y
quedaron nueve.
Nueve negritos
estuvieron despiertos hasta muy tarde;
uno se quedó dormido
y entonces quedaron ocho.
Ocho negritos
viajaron por Devon;
uno dijo que se
quedaría allí y quedaron siete.
Siete negritos
cortaron leña;
uno se cortó en dos y
quedaron seis.
Seis negritos jugaron
con una colmena;
una abeja picó a uno
de ellos y quedaron cinco.
Cinco negritos
estudiaron Derecho;
uno se hizo
magistrado y quedaron cuatro.
Cuatro negritos
fueron al mar;
un arenque rojo se
tragó a uno y quedaron tres.
Tres negritos
pasearon por el zoo;
un gran oso atacó a
uno y quedaron dos.
Dos negritos se
sentaron al sol;
uno de ellos se tostó
y sólo quedó uno.
Un negrito quedó
sólo;
se ahorcó y no
quedó... ¡ninguno!"
Los invitados y empleados se
encontrarán aislados en la isla, sin comunicación ni manera de escapar, y se
verán envueltos en una serie de asesinatos en los que uno a uno irán siendo
asesinados conforme rezan las estrofas de la canción.
El libro cuenta con múltiples adaptaciones
a la pantalla grande y chica.
En lo personal me resultó
terriblemente pesado hasta pasada la primera mitad, la introducción a la
historia parecía no terminar más, los personajes eran nombrados por sus
apellidos y en ocasiones por sus nombres cuando aún no habíamos terminado de
aprenderlos, por lo que resultaba terriblemente confuso, a lo que se sumaba una
mezcolanza de personajes más impactantes con otros más olvidables, lo cual entreveraba
entre quién era quién.
Cuando iban por el quinto
asesinato (y esto no es spoiler ya que sabemos que la consigna trata de una
serie de asesinatos), recién allí sentí que la narración comenzaba a cobrar
velocidad, las intrigas estallaban entre quién sería el culpable, y las miradas
persecutorias y la psicosis se abrieron paso.
Durante la reunión del club se
vieron dos bandos marcados: por un lado los que le encantaron la obra (que
incluso son fanáticos de la autora), y por el otro lado a los que poco nos
simpatizó, generándose ese clásico “o lo odias o lo amas” que producen algunas
obras. ¿A mí me gustó? Muy poco, por más que sobre el final se puso interesante,
y que sinceramente no caí en quien fue el culpable hasta llegar a la conclusión
del libro (un final acorde a la época pero sumamente insulso), no me esperé que más de la mitad del libro se me hiciera tan difícil
de leer. La narrativa me resultó poco placentera, se sentía incluso forzada,
notándose las grandes diferencias en la fluidez del inicio y del final de la
obra. Encontré un comentario de un conocido en Goodreads que decía que había
leído otros libros de la autora y que este no se asemejaba a ellos, que si bien
gustaba de la autora compartía la aversión por este libro; quizás me suceda lo
mismo, que justo no me guste como esté redactado este libro pero que otros si
me puedan gustar, o que tal vez no fuese el momento de leerlo. Quizás le vuelva
a dar una oportunidad en un futuro lejano a la autora, pero en este momento,
con esta obra puntualmente, no me terminó de convencer.
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