Género: Biografía
Año: 2017
Páginas: 480
Sello editorial: Drawn and Quarterly
Si conocen algo de la historia de Japón y Corea, sabrán que Japón ocupó Corea desde inicios del siglo XX hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando el imperio japonés buscó seguirse expandiendo conquistando parte de China, siendo la Guerra de Manchuria o la invasión a Shangai de los eventos más conocidos en la historia del país asiático.
Durante las guerras y las ocupaciones de países, sin importar de qué país estemos hablando, los crímenes de guerra siempre vulneran los derechos de los civiles, más que nada niños y mujeres. Ese es el caso de esta historia que retrata el relato de Okseon Lee, superviviente de las “mujeres de confort” de la ocupación japonesa en Corea, que ahora vive en “House of Sharing”, un hogar para estas sobrevivientes financiado por templos budistas .
El cómic así retratará, por medio de sus pinceladas de tinta que emular un arte antiguo, los peores años de la vida de esta anciana, en los cuales fue abusada, pasó hambre y fue golpeada, para luego ser liberada y seguir con una vida miserable y triste, en la que en ningún momento supo ser feliz.
En general me pareció un cómic que retrata bien estos años y cuyo arte es interesante, pero pareciera que se queda en el retrato de esos años y no realiza una posterior reflexión, lo que lo hace sentir un poco como un cómic que se queda en mostrar solamente el morbo de la guerra (aunque esa no sea la intención de la autora). Tampoco sabe plasmar la lucha posterior de las abuelas que todavía sobreviven, y que se sobrepusieron a la discriminación de sus propios compatriotas y la minimización del gobierno japonés, que juntos las intentaron acallar. Creo que no retrata bien lo que fue para ellas sobreponerse a ser tratadas como parias por su propia sociedad, para luego aparecer en canales de televisión y en conferencias para alzar su voz. E incluso tiene unas últimas páginas que a mi gusto fueron puro relleno, que van meramente sobre la dibujante y estuvieron muy mal logradas, no se entiende qué quiso transmitir con ellas.
Si bien hice un párrafo entero de crítica negativa, y tampoco creo que sea el mejor cómic biográfico de los que he leído (ese premio va para Maus, y Éramos el enemigo), aún así se lo recomiendo a aquellos que tengan estómago y quieran conocer uno de los tantos trágicos testimonios de quienes vivieron una situación tan terrible como fue ser esclava sexual de lo que parecía un negocio organizado en medio de la guerra. Lamentablemente es algo que pasó en muchos lugares, y que sigue pasando con la trata de mujeres y niños.