Autora: Violeta Otín
Año: 2017
Páginas: 407
Sello editorial: Escarlata
Romántica (Escarlata Ediciones)
Tras leer Hierro y Seda, de la
misma autora, tenía la necesidad de leer algo más de ella. Sabía que estaba
esta novela, pero no me había animado a leerla hasta ahora, así que le
agradezco infinitamente a La Libélula Libros por permitirme colaborar
nuevamente con ellos.
Nos situamos en el siglo V en los
reinos de Britania, una época que, como la misma autora aclara al final, es “oscura”
dado que no se tiene mucha información sobre los sucesos que se vivieron allí o
sus costumbres; tras una gran investigación, la autora pudo enterarse de
algunos de los nombres de los personajes más importantes de la época, y que se
encontraba la presencia romana, britana, y de los sajones en medio de disputas
de territorio.
Es así como Violeta Otín llega a construir una historia romántica que tiene por protagonista a la princesa Gweldyr de Demetia, quien es forzada a casarse con el rey de Buellt para forjar una alianza entre los dos reinos.
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Es así como Violeta Otín llega a construir una historia romántica que tiene por protagonista a la princesa Gweldyr de Demetia, quien es forzada a casarse con el rey de Buellt para forjar una alianza entre los dos reinos.
Gweldyr es una chica temerosa,
sumamente protegida por su padre, que de un día para el otro debe abandonar sus
murallas e ir a un lugar que le es extraño; me resultó fascinante el viaje que
aunque es corto muestra el miedo intrínseco de la agorafobia que parece vivir
Gweldyr. Pero también es una protagonista que a pesar de que parece una
delicada flor en las primeras páginas, va mostrándose poco a poco como una
muchacha de fuerte personalidad, y no solo es una cara bonita.
Por otro lado el rey de Buellt es
el ser más desagradable que he visto. Me vi venir todas sus actitudes y las
sufrí constantemente. Peeeero, él no es la bestia del título, no, no, no, no es
una relación tóxica en la que Gweldyr se somete a un rey tirano, o peor, que
cree que puede cambiarlo con el poder del amor y su belleza; eso por suerte
aquí no pasa -sino hubiera detestado el
libro de punta a punta y quizás ni lo hubiera terminado-. Ella es muy
consciente de que todo lo que él hace está mal y de quien se enamora es de él
único hombre que le transmite seguridad: el capitán de la guardia, Iaran. Quienes
le temen le llaman “Bestia” por su
rostro desfigurado por una cicatriz y la ferocidad que demuestra en combate, pero
quienes le son leales le llaman rigfennid (y no sé ustedes pero yo
no me aguanté y terminé googleando qué quería decir, porque no me iba a
aguantar a que me lo explicaran al final del libro; eso sí, apenas tuve la
respuesta de google muchas cosas que vendrían me quedaron claras).
Es una historia de un amor
imposible y muy fogoso, pero más que la fogosidad yo esperaba el desenlace de
la historia, que si bien creo que a muchos les gustará, a mí me resultó algo poco creíble, pero no quita que sea un
final que guste.
Lo que más destaco es el crecimiento de los personajes: nunca resulta precipitado y se nota claramente su evolución moderada. La ambientación histórica brilla; saben que soy muy exigente cuando leo una novela histórica, necesito que me envuelva y me transporte a la época que estoy leyendo, y la narración no se siente como si fuera una mirada de esta época hacia esa, sino que parece una voz que viene del pasado a contarnos una historia de guerras, conflictos políticos y un amor imposible. Las primeras 100 páginas y las últimas 100, las leí de un tirón, aunque el ritmo en todo el libro es lento (principalmente en el medio): no es una novela ágil, es para disfrutarla de apoco; además sentía que quedaba resonando la historia en mi cabeza cada vez que cerraba el libro, que yo seguía en ese mundo, me dejó como en medio de una bruma una vez que lo terminé (lo terminé a la 1 de la mañana y después no me podía dormir).
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Lo que más destaco es el crecimiento de los personajes: nunca resulta precipitado y se nota claramente su evolución moderada. La ambientación histórica brilla; saben que soy muy exigente cuando leo una novela histórica, necesito que me envuelva y me transporte a la época que estoy leyendo, y la narración no se siente como si fuera una mirada de esta época hacia esa, sino que parece una voz que viene del pasado a contarnos una historia de guerras, conflictos políticos y un amor imposible. Las primeras 100 páginas y las últimas 100, las leí de un tirón, aunque el ritmo en todo el libro es lento (principalmente en el medio): no es una novela ágil, es para disfrutarla de apoco; además sentía que quedaba resonando la historia en mi cabeza cada vez que cerraba el libro, que yo seguía en ese mundo, me dejó como en medio de una bruma una vez que lo terminé (lo terminé a la 1 de la mañana y después no me podía dormir).
Si les gustan las novelas
históricas con un gran trabajo de ambientación y los grandes romances, esta
novela es para ustedes, y si les gusta, corran a leer Hierro y Seda, que si
bien ambas historias me encantaron aquella me gustó aún más.
...
PD: disculpen la ausencia, pero me encontré con una alergía de primavera y una gripe que me dieron una paliza y todavía me estoy recuperando x.x justo que había recuperado el ritmo entre el blog y los estudios ): 
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