Autora: Mackenzi Lee
Año: 2017
Páginas: 445
Sello editorial: VR YA
Sin dudas este es de los libros
del momento que han golpeado en la literatura juvenil y que está en boca de
todos. Con un nombre pomposo y una tapa súper atractiva, Lee nos mete en una
máquina en el tiempo y nos transporta con lujo de detalles al comienzo del 1700,
en una época en la cual los Grand Tour
estaban de moda y donde los jóvenes de clase media alta y alta se dedicaban a “culturizarse”
viajando por las más importantes ciudades europeas.
Narrado en primera persona, esta historia nos llevará a meternos en
la cabeza de Monty, nuestro protagonista, quien es un joven que parece que ha
perdido el rumbo de lo que es moralmente correcto para la época: es un muchacho
que pasa de fiesta en fiesta, alcoholizándose hasta quedar inconsciente, y
coqueteando con hombres y mujeres por igual. Parece ser bastante el prototipo
de chico parrandero de la actualidad, pero para aquella época estamos hablando de
que era la vergüenza de la familia: un “sodomita”.
Así se lo remarca su padre a los
golpes; nos podemos explicar que Monty actúe de esta forma tan desinhibida
cuando se va de su casa por las noches porque cuando está en ella rige la mano
dura de su padre y las órdenes que lo hacen sentir que no mereciera vivir, siendo el alcoholismo y las desinhibición
sus únicas escapatorias.
“¿Y
qué querrías si pudieras elegir?, dice una vocecita en mi cabeza.
No
tengo respuesta (…) siento que estoy flotando a la deriva, fuera incluso de mi
propio control.” Pág 48
Pero Monty no está solo en la
vida: tiene a su mejor amigo, Percy, un
chico biracial que es visto con malos ojos por la alta sociedad al nacer en
una familia de alta cuna. Monty se crió con él y lo aprecia más que a nadie en
el mundo y, de hecho, Monty está
perdidamente enamorado de Percy.
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Es así que el padre de Monty y la
familia de su amigo deciden enviarlos lejos a los dos, para que maduren, para
que sienten cabeza, pero irán acompañados de su hermana –a la que Monty no quiere ver ni en figurita- que anhela una
educación mejor, y que siendo una mujer no es capacitada como ella realmente
desea.
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La autora pone muchos problemas
sobre la mesa que reinaban tanto en el 1700, como hoy en día: la discriminación racial, discriminación sexual,
la violencia doméstica, las diferenciaciones de capacidades intelectuales contra
la mujer. A esto se les agrega muchos otros detonantes que no les quiero
spoilear, porque si no le quito toda la gracia de descubrirlos por ustedes
mismos; estos que nombré son sólo el puntapié inicial.
“todas las formas
horribles en que me llamó que nunca voy a olvidar. Fue lo peor de un largo
desfile de palizas que se volvió más y más salvaje día a día.” Pág. 111
El viaje de Monty, Percy y
Felicity comienza entonces en Paris; si bien su cicerone (guía de viaje) les
tenía todo preparado, Monty se encargará de mandarse una serie de papelones por
los que tendrán que salir huyendo de la capital Francesa y, en medio de su fuga,
se toparán con un gran problema que los separará de su guía y los lanzará
en una aventura semejante a la trama del Código
da Vinci.
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La aventura es por demás atrapante
y el desarrollo y profundidad de los protagonistas está muy bien llevado. Sobre
esto último, me sorprendió lo bien que me simpatizaron los tres personajes,
comprendiendo sus personalidades tan
ricas y diferentes. Asimismo, con un protagonista que en un comienzo
podríamos llegar a pensar que no nos va a agradar por su ego, me pasó que me
terminé metiendo tanto en su cabeza que podía llegar a predecir algunas
emociones y me fue muy rica su evolución.
Por otro lado, quiero destacar algo que me fascinó y fue
la ambientación histórica: para quienes no lo sepan, la autora es historiadora y su trabajo de
investigación para el desarrollo de personajes y la ambientación de los lugares
es maravillosa; era como estar ahí viéndolo
todo y sintiendo cada sensación desde la temperatura hasta los olores.
Mismo la entrada a París me hizo recordar a cuando leí el libro de “Historia de la sensibilidad” de Barrán
(que se ubica en el Uruguay del 1800), y mi primer pensamiento fue “es tal cual”. Creo que fue de los puntos
que más me gustó, e incluso la autora se toma la molestia de darnos “una clase”
al final del libro, desarrollando los puntos más importantes del contexto
histórico que eligió y recomendando de dónde leer si nos interesa tal o cual tema,
un excelente plus.
“(…) me obliga a ser
el espectador de conversaciones educadas acerca del exilio del poeta Voltaire a
Inglaterra, de si los solteros deberían pagar más impuestos, del fin del
compromiso entre el niño rey de Francia y la infanta de España y de lo que eso
implica para las relaciones de las casas de Habsburgo y Borbón.” Pág. 62
Si, parece que me encantó este
libro y la verdad que fue una lectura que disfruté mucho; me encantó ver una
perspectiva de un chico bisexual
(declarado así por su autora) en el 1700, con el peligro de ser segregados de
la sociedad o incluso de ir presos en los lugares en los que estaba prohibido,
pero me alegra decir que aprendí cosas
con este libro como lo que era una “amistad romántica” y me resultó muy enriquecedor. Un libro
muy recomendado para quienes se quieran dejar sorprender por una historia de
época (con excelente ambientación), romántica (con un delicioso fanservice), y
una aventura que si bien es inesperada no nos viene nada mal.
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