Autora: Svetlana Alexiévich
Año: 2008
Páginas: 365
Sello editorial: Debols!llo
(Penguin Random House)
Para quienes no la conozcan
Svetlana Alexiévich es una periodista ganadora del Premio Nobel de Literatura
por obras como ésta, obras en las cuales trae a la luz los relatos de personas
que atravesaron momentos desgarradores en la historia. Las historias de vida
que ha seleccionado se concentran en el área de la ex URSS, dado que ella es de
Bielorrusia, y en esa zona pueden imaginarse lo mucho que habrá por descubrir.
Así me sucedió el año pasado cuando leí “Vocesde Chernóbil”, un tema del cual había tenido la oportunidad de ver un
documental muy turbio y que desde entonces me interesaba mucho informarme, por
lo que cuando leí el libro me resultó doloroso, y a la vez , informativo, ya
que está contado de primera mano por sus testigos.
En el caso de “La guerra no tiene rostro de mujer”
sucede lo mismo: entre 1978 y 1985 la autora comenzó un largo proceso de entrevistas a mujeres de la URSS
(recordemos que esta cayó en 1991) que
participaron en la Segunda Guerra Mundial y no sólo como enfermeras, sino
también como francotiradoras de primera
línea, tanquistas, guerrilleras partisanas, o mismo ¡aviadoras y lanzamisiles! Probablemente muchos no tengan idea de que hubo combatientes mujeres en la Segunda Guerra, yo no tenía idea. ¿Por qué?
Nunca en los documentales se las muestra, mucho menos en la mayoría de las
películas de Hollywood, ¿Cuándo damos SGM en el liceo? Tampoco; es como si la
historia tapara todo eso y por eso la autora ve necesario el trabajo de
traerlas a nosotros antes de que murieran con ellas sus experiencias de vida.
Fuente |
Cuando la autora terminó el
proceso de recopilación y selección se vio en una URSS que no quería hablar del
ser humano, del individuo que va a la guerra y pasa penurias, sólo querían hablar del héroe que representa el 9 de
Mayo, El Día de la Victoria. El libro
fue censurado y rechazado. No fue hasta el año 2002 que la autora se tomó
el trabajo de reescribir la obra y recuperar todo lo que había sido tachado por
la censura y su auto censura (porque ella misma también tachó algunos de los
relatos más duros): Por ejemplo, al hablar
de una guerrillera con un bebé en brazos, los nazis rodeándolos y la decisión
de matarlo con sus propias manos para que un batallón de 50 personas no fuera
descubierto y muerto por los llantos del bebé… esto es solo una muestra de
lo que se puede encontrar en el libro.
DISCLAIMER:
Antes que nada les voy a decir que no se asusten, no les voy a contar tooodo lo
que pasa y deja de pasar, no me gustan las reseñas con spoilers y al ser un
libro de entrevistas lo interesante es leer caso por caso. A continuación voy a
hablar de los temas en general y los puntos que me parecieron más interesantes
para resaltar. Aclaro que muchos hechos históricos en los relatos se mencionan
por arriba ya que dan de hecho que somos de allí o que todos los conocemos, por
lo que yo los profundizo un poco más.
El texto en si está dividido en
partes: algunos arcos recopilan numerosos extractos de entrevistas, otros
tienen entrevistas más extensas, pero en sí va pasando de tema en tema,
mostrándonos distintas caras de unos años 40 en los que la URSS vivía la
invasión de los nazis armados con tanques y aviones, y los soviéticos al
comienzo a mano limpia, mandando soldados a morir como carne de cañón para que,
en un intento desesperado, les robaran las armas a los nazis.
“Somos de una
generación que creía que en la vida hay cosas que están por encima de la vida
humana. La Patria y la Gran Idea. Bueno, y también Stalin. ¿Por qué negarlo?
Las cosas como son.” Pág. 109
Los primeros relatos dan cuenta
de esto, de la merma de hombres en la milicia a causa de que justamente no
tenían con qué defenderse, y las mujeres por su parte que sentían un trabajo propagandístico del gobierno en
los que solo un poster con una frase motivante o una canción podía ser motivo
de que una jovencita de 16 o 17 años miembro del Partido, decidiera marchar a
defender el honor de la patria, anotándose para ir donde los soldados perdían
sus miembros, la salud física en general, la salud mental, y la vida misma. La
ingenuidad y el orgullo las llevaban a donde todas perderían la juventud y sus
sueños, la ignorancia hacía que parecía que ir a la guerra fuera un juego.
“¡Combatir! Esos
carteles que ahora cuelgan en los museos: ‘¡La madre Patria te llama!’, ‘¿Qué
vas a hacer por el frente?’, a mí por ejemplo, me influían mucho ¡Y las
canciones! ‘Levántate, gran país… Levántate para la mortal batalla…’” Pág. 63
También se trae la otra cara del
rechazo al gobierno de Stalin, todo el tema de “La gran purga”, en la que
Stalin mandó a campos de concentración a Siberia a sus opositores políticos (o
el exilio, como Trotsky) ,y todo ciudadano que tuviera opinión contraria. A
esto se le suma el después de la guerra
todo aquel que hubiera sido preso por los nazis y no se suicidara, sino que
sobreviviera, era motivo de prisión. Muchos no volvieron de los campos de
concentración, otros volvieron, pero regresaron peor que de la propia guerra.
Cartel propagandístico de un grupo opositor ucraniano Fuente |
Así también vemos que no todas
eran voluntarias del partido: estaban las que iban solo por el amor a la patria
o las que siendo del rubro sanitario eran citadas para ir a los hospitales o al
frente para servir de enfermeras o médicas.
Por el medio del libro se reúnen
los relatos que quizás para una mentalidad actual pueda ser de lo más curioso,
y es cuando se habla de femineidad. Comentan el dolor que
les significó dejar de usar vestidos, pelo largo y maquillaje para entregarse a una tarea de hombres. En esta parte
lo que más me sorprendió fue que muchas hablaran sobre cómo el periodo se les
desapareció por años y “dejaron de ser
mujeres” – aunque claramente se debía al estrés y la desnutrición- o el caso contrario, donde no tenían qué
ponerse y las penurias que pasaban, porque el gobierno ni les proveía de ropa
de sus talles e incluso la ropa interior era masculina.
Aviadora Fuente |
El rol de la mujer en la guerra fue menospreciado; así se ve cuando
mencionan que a algunas tardaron 30 años en condecorarlas, durante la guerra los hombres
las menospreciaban así ellas fueran a capacitarse a academias y que incluso
llegaran a tener más rango que los propios soldados que fueron citados para el
combate sin ser preparados. Ellas estaban
instruidas, cargaban con pesos superiores que al suyo cuando debían
rescatar a los soldados heridos ¡Y sus armas! porque después no tenían con qué
disparar (recuerden que arrancaron desarmados…),
o mismo cuando debían cargar con los misiles que debían lanzar con sus propias manos. Ellas se sentían igual de capaces, pero
aun así eran tratadas como niñas al comienzo de sus servicios,
sobreprotegiéndolas, aunque una enfermera que fue citada contra su voluntad
comenta el terror de ser la única mujer del batallón y de cómo la violentaban
sexualmente –un solo relato en todo el
libro, lo cual deja que pensar si eran los menos, o si muchas lo ocultaron- y de yapa está el después de la guerra.
Fuente |
Tras la guerra estás grandes
heroínas, que entregaron sus vidas, su juventud y sus sueños quedaron en su mayoría como solteronas.
Pasaron de ser “hermanitas” (juego de
palabras con “enfermera” en ruso), y protegidas por sus compañeros, a ser ignoradas por la sociedad entera
que las tildaba de “Putas” (sin
anestesia, así lo dice en el libro) algunas de ellas minusválidas, envejecidas
y rechazadas por toda una sociedad que las trataba
como si hubieran ido a la guerra “a conseguir macho”, a ir de parranda, a tener
sexo con todo el batallón por diversión. Eso era lo que se pensaba de ellas;
lo sé, indignante es poco.
“Yo rompí a llorar:
‘Habláis del honor, del respeto. Y mientras tanto esas chicas son casi todas
solteras. Nunca se han casado. Viven en pisos compartidos. ¿Quién se compadeció
de ellas? ¿Quién las defendió? ¿Dónde os escondisteis después de la guerra?
¡Traidores!’ En una palabra, les arruiné la velada…” Pág. 148
La última parte habla sobre algo que realmente me dolió mucho:
fueron 30 páginas en las cuales cierra el libro hablando sobre el odio. Del odio a los nazis, del no poder
perdonar, mismo la especie de traición a la patria y a sí mismas en un momento
de piedad y de humanidad. Además de los relatos súper desgarradores que me
costaron digerir que van de la mano lo
más bajo del hombre.
Es una obra que nos cuenta muchas
anécdotas que no son fáciles de leer;
hay algunas más amenas cuando se aborda la temática del amor (que preferí no comentar para no hacer tan
extensa la reseña), pero en general es muy duro. Es interesante de conocer
para aquellos que disfrutamos descubrir cosas que nunca habíamos sabido de la
historia, de encontrarnos a la soldado
raso, a la mujer del 40, a la mujer que se desdobla y deja de ser mujer para convertirse en un “muchacho” más,
abandonando el rol clásico de la mujer ama de casa y madre para adoptar el rol
del hombre que va a la guerra a luchar por la patria, siendo duramente
despreciada por la sociedad.
Partisanas (movimiento guerrillero apoyado por Stalin) Fuente |
Fue un libro que me llevó su
tiempo de lectura, es para leer despacio y de a poco, mechando con otras cosas, pero sin dudas, es una lectura obligatoria para aquel
que guste de la historia, las mujeres como protagonistas de la misma y que
quiera descubrir toda una cara oculta de La Segunda Guerra Mundial.
¡Muchas gracias a
Penguin Random House por el ejemplar! puedes conocer más de esta y otras obras
en su portal: Me Gusta Leer
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