Autor: Orson Scott Card
Año: 1985
Sello editorial: Ediciones B
Páginas: 512
El libro que les traigo hoy es
uno que ganó en sus elecciones del libro del mes en el #clubdelectura.uy como temática: Libro infantil o con protagonista niño (cosa bastante cuestionable
una vez leamos el libro).
En un mundo futurista estamos en
tiempos de guerra, y la batalla contra la invasión de los insectores es el mayor miedo que estruja a la raza humana. Por ello, las fuerzas armadas han ideado un plan:
tras encontrar a dos hermanos con capacidades intelectuales deslumbrantes pero
con fallas en sus personalidades, han solicitado que sus padres tengan un
tercer hijo (lo cual está prohibido por ley), para así apostar en alguien que
los pueda salvar a todos.
Imágenes tomadas del trailer oficial
disponible en YouTube
Ender nace y es monitoreado para
ver si cumple con las expectativas, y pueda ser enviado a la Escuela de Batalla. Nuestro protagonista
es un niño de 6 años que hasta ahora
ha sido protegido constantemente por su hermana Val de los agresivos ataques de
su hermano mayor Peter, pero Ender comienza a defenderse de él y de otros que
lo hostigan en la escuela. La prueba es superada, Ender está listo.
De aquí en más Ender, la
esperanza de la raza humana, es puesto frente a grandes dificultades que tendrá
que superar en entrenamientos y en combates con las distintas escuadras que integrará.
Tendrá sus enemigos, pero con su inteligencia los sabrá superar, mientras que
los maestros de la Escuela de Combate
moverán sus hilos para ponerlo al límite física y psicológicamente, abandonándolo
y dejando que la desdicha se apodere de él.
“Graff había aislado
a Ender para obligarle a luchar. Para obligarle a demostrar, no que era
competente, sino que era mucho mejor que cualquier otro.”
Es un libro difícil de leer, no por
su prosa que a decir verdad es bastante llevadera, pero si por intentar
imaginarse que ese niño, que en realidad tiene 6 años, habla y maquina como un adulto, por más “genio” que pueda llegar a ser. Desde ese punto de vista tuve un
fuerte choque con el relato, y si bien comprendía la situación, no podía
visualizar a todo ese grupo de niños, los más grandes de 11 a 13 años, hablando
como si fueran adultos incluso cuando
bromeaban. La niñez se da al abandono porque es prioridad que se aprenda
rápidamente a ganar. Las pocas veces donde Ender jugaba en su consola, cuando se
cuestionaba sus vivencias y lloraba mientras rememoraba a su querida hermana,
eran los únicos momentos donde lo sentía más humano, donde se me hacía más
ameno el relato y llegaba a generar empatía con él.
“No hay juventud en
eso. Ni infancia.”
Otra cosa que me costó leer eran
las descripciones sumamente extensas de los entrenamientos y los combates, por lo gráficas que buscaban ser, hacían
que me estancara en el relato porque describía con sumo detalle la posición de
las piernas y el ángulo de los disparos… muy denso. A eso se le suma que
llega un momento en el que relato se repite demasiadas veces en su fórmula y a
algunos puede llegarlos a cansar: Ender ingresa a una escuadra - vence el
obstáculo X - es promovido.
Igualmente, más allá de que
parece que “odie” el relato (que no fue así tampoco), tenía sus
momentos que me gustaban cuando me alejaba más que nada de “el soldado definitivo” como se lo podría
llamar a Ender. Ya que en algunos capítulos se nos despega de la Escuela de
Batalla (a diferencia de la película)
y se cuestiona en qué está la Tierra,
como si se tratara de un respiro entre tanto entrenamiento; aquí se nos transporta
a los hermanos de Ender que están en sus
maquinaciones socio-políticas, y se nos
demuestra los ricos que pueden llegar a ser como personajes Valentine y Peter
(con su psicopatía controlada). En tanto
que se nos enseña el ambiente político que se
debate el durante y el después de esta Guerra que parece interminable,
dando lugar a lo que pueda llegar a ser una “Guerra Fría” en las tinieblas que
está a punto de estallar en cualquier momento (que considerando el momento
histórico en el que fue escrito esto no es de extrañarse).
“Sin contar a los
rusos… sólo Dios sabe lo que saben”
Si bien se me hizo terriblemente
largo el libro y me cansaba de momentos, especialmente gran parte del penúltimo
capítulo (ahí si quizás lo llegué a odiar
xD), tengo que admitir que el desenlace tuvo un buen levante de espíritu,
como para cerrar una historia que aunque continúa en una saga, perfectamente
podría culminar aquí.
Es una obra que en su elección
causó un tremendo conflicto por su autor, Orson Scott Card que seguramente no
sea de nuestros humanos favoritos: homofóbico
y ultra conservador radical. No les puedo decir que sea una obra que no
tenga comentarios cuestionables ya sean raciales,
misóginos u homofóbicos; pero más allá de eso se le puede reconocer la novedad en la historia como novela de
ciencia ficción, realmente me imaginaba que estaba escrito en principios
del 2000 y cuando caí en la reunión del club y dijeron de que era de los 80 me
llevé tamaña sorpresa. Tiene alguna contradicción con lo que verdaderamente
piensa el autor en su mensaje de
tolerancia, y probablemente los más fanáticos de la ciencia ficción puedan
llegar a disfrutar de esta obra. Pero, no
es un libro que recomiende, para mí fue un libro que pasó sin pena ni
gloria, no me llegó a atrapar como para continuar leyendo de este autor,
resumiendo en temas de disfrute: no es
un libro para todo el mundo.
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