miércoles, 22 de febrero de 2017

Cuentos de las tierras olvidadas - Libro


Autora: Claudia L. Córdoba
Editorial: Fin de Siglo
Páginas: 107
Año: 2015

Hace poco Clau me prestó su librito de cuentos (que fuera su primera publicación) con el ganó el “concurso MMIRG (invirtiendo a los hermanos Grimm)”. Es difícil escribir una reseña de una obra de alguien que conoces con el temor de si te gustará o no (ya me pasó de que un libro de una conocida no me gustara y tuviera que realizarle una dura crítica en goodreads), además de que siempre me pareció extremadamente difícil escribir sobre cuentos, así que intentaré hacerlo lo mejor que pueda con esta doble dificultad.

Los cuentos nos transportan a las tierras de un lugar llamado Dinlor, y pareciera que casi todos sus cuentos transcurren por allí, entre los distintos reinados de la zona. En ellos se narra como en los cuentos que leíamos en nuestra infancia, trasladándonos a aquellas historias con moraleja al final, que nos contaban sobre el príncipe que rescata a la doncella en apuros, o donde una niña se mete en un lío al incursionar en el bosque.


Pero como reza la temática del concurso donde publico sus cuentos, Claudia cambia estas historias clásicas. En uno de los cuentos el príncipe heroico estará ya no será hermoso a causa de sus proezas; en otro es el príncipe el que está en apuros; la princesa no desea ser desposada, y la nena que incursiona el bosque encontrará menos elementos peligrosos que los peligros que ofrece el pueblo. 

Cada historia es particular aunque se pueda repetir algún “final feliz”, dejando un aprendizaje sobre aceptar al otro más allá de las apariencias, que la princesa pueda tener más opciones aparte de casarse con el caballero de brillante armadura, y el valor de la amistad y hermandad por el prójimo.


La obra además cuenta con ilustraciones que acompañan la historia en el interior, ilustrando los momentos clave de la narración, punto que me parece importante resaltar, ya que me he encontrado con algún libro para niños que ilustra momentos que nada importan, desentonando y rompiendo con la fluidez,  y pasan más a molestar que a pintarnos la historia.

El buen humor también es otro punto fuerte, ya que mi historia favorita es una que se vale mucho de este recurso y es “El príncipe y el Dragón”; no les voy a contar de qué va pero les diré que me hizo reír mucho, y fue la que más disfruté por lejos. Otro cuento que me pareció adorable fue el primero que se llama “Sueño de hielo”, sumamente romántico y fue un buen enganche para arrancar el libro. También me gustaron el resto de los otros cuentos, todos tenían una aventura colorida para ofrecer, pero si debo decir cual fue el que “menos” me gustó creo que fue el de la caperucita roja vampira: “Ebby y su capa roja”; no sé si fue porque sentí que se salía de lo común comparando con el resto de las historias, o si fue porque la resolución se me hizo similar a la del primer cuento.


Felizmente puedo decir que en general me gustó mucho la obra, me resultó encantadora la manera en que está narrado simulando los libros de cuentos de antaño, tanto que no pude evitar pedirle a mi pareja que me leyera uno de los cuentos antes de dormir, además al ser un libro corto se lee con facilidad en un día; yo preferí estirarlo un poquito más y no devorarlo en un día, porque en realidad no es un libro que se sienta para leerlo de corrido, sino más bien para disfrutarlo de a poquito, dándole el espacio para saborear cada pequeña historia. Es un libro para disfrutar con los más pequeños de la casa o, por qué no, disfrutarlo uno como adulto rememorando una dulce infancia.     

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