Publicado
desde el 18 de Septiembre de 1990 al 4 de Junio de 1996, por Takehiko Inoue, nos
trajo este manga de Basquetbol, que junto a su adaptación al anime, causó furor
años atrás y aún sigue siendo una obra renombrada.
Slam
Dunk se enfoca en un pandillero, algo tonto de corazón bonachón, llamado
Hanamichi Sakuragi, un muchacho que no tiene suerte con las chicas y que
incluso lleva el conteo de cuantas veces ya lo han rechazado. Un día una dulce jovencita
roba su corazón, ella lo invita al equipo de basquetbol de su secundaria porque
observa que puede tener grandes condiciones físicas para dicho deporte, y él
obviamente no duda en aceptar.
Así
es como Sakuragi motivado por obtener el corazón de Haruko Akagi se inscribe en
el equipo, sin ningún conocimiento del juego, provocando continuamente al capitán
del equipo, el hermano mayor de Haruko, al cual llama de “Gori” por su aspecto de
“gorila”, generando una gran batería de chistes, y llamándose a sí mismo de un
“genio”.
Durante
unos 50 episodios nos tendrán con cómo Sakuragi va abandonando las peleas para
ir aprendiendo los movimientos básicos del deporte, enfrentando a quien toma de
rival como estrella, el popular con las jovencitas Rukawa, que sin embargo con
su personalidad arisca no le interesa nada más que ser el mejor en el deporte,
tanto así que es considerado un verdadero genio del básquetbol, a diferencia de
Sakuragi. Mientras tanto, el equipo se va conformando con nuevos agregados para
conformar la fórmula ideal de 5 jugadores, para poder competir en el famoso
inter escolar, meta de todo estudiante deportista en Japón.
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La
serie al comienzo se me hizo algo lenta, por lo que la leí en 2 tandas, la
primera, con esos 50 capítulos de formación inicial e introducción de
personajes, para luego en la siguiente tanda leerme los capítulos restantes de
un tirón, por como engancha con todo con los nuevos personajes agregados, la
preparación final para el campeonato y finalmente el interescolar con capítulos
sumamente atrapantes.
Los
partidos son emocionantes, solo uno de ellos se me hizo algo largo, pero era
comprensible por la importancia que tenía; igualmente algo que el autor supo
balancear excelentemente fueron los chistes y la tensión en los momentos justos
de los enfrentamientos, pero transmitiendo más que nada una pasión por el
deporte que le es intrínseca como jugador universitario, incluso él aparece en
pequeños cuadros para explicar movimientos y reglas del juego que para el
lector podrían resultarle desconocidas.
Por
otra parte el arte es muy bueno, se nota como se va puliendo en el correr de
los capítulos, llegando a realizar en un par de momentos puntuales e importantes
un arte realista, resaltando el rostro del jugador que está realizando el
movimiento de pelota, pareciendo que se trata de otro personaje y no el mismo
que estábamos viendo cuadros anteriores, que en comparación tenía un arte
sencillo.
En
resumen, se puede decir que esta serie ha sido parte de la inspiración de las
series deportivas que vemos hoy en día, con partidos geniales, tremendas
baterías de chistes que hacen la trama más amena y personajes que si no te
enganchan al comienzo te van a enganchar más adelante cuando hayan crecido como
personas y jugadores. Sakamichi parece un tonto insoportable al comienzo, pero
luego uno le toma cariño y se divierte observando cómo ha crecido como persona,
tomándose el deporte como algo principal a mejorar por él y sus compañeros,
mientras que sueña con conquistar esa chica que le robo el corazón. Altamente recomendado este clásico del
deporte y de las series shounen, un obligado para leer en algún momento de la
vida.
Sceenshots en inglés: mangareader; en español: mangahere
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