La inquilina de Wildfell Hall - Cierre de #UnañoconlasBrontë

Autora: Anne Brontë
Géneros: Ficción, clásico
Año de publicación: 1948
Páginas: 568
Sello editorial: Debolsillo

Originalmente escrito por Anne bajo su seudónimo Acton Bell, fue una obra aclamada por la crítica apenas fue publicada, que a diferencia del resto de las obras (de sus hermanas y suya), no brilla por su toque mágico de las novelas góticas de la época, sino que nos encontramos con una obra realista que toca temas muy personales, como lo son el alcoholismo, la moral, y la situación de la mujer en la época. Una novela ahora reconocida como de las primeras obras feministas, pero que en su momento solo hablaban de una situación por la que muchas mujeres pasaban, y que a ojos de su hermana Charlotte, era terrible revelar. Su conservadurismo la llevó a decidir impedir su reedición tras la muerte de Anne, a editar muchos pasajes, y solo tras la muerte de Charlotte, y muchos años más tarde se pudo recuperar la obra completa (otros especulan que no se encontró la novela completa sino en su mayor parte).

En esta obra conoceremos a Helen Graham, una joven viuda que se muda con su pequeño hijo a una mansión prácticamente derruida por el tiempo, y con solo algunas habitaciones habitables. Su llegada a esta zona agreste causa revuelo en una sociedad tan reducida y aislada de la nobleza Londinense. Las pocas familias “de renombre” (y ninguno con estatus de Lord) que allí viven desean visitarla, que les devuelvan las visitas, saber todo sobre ella, quién es, quién fue su marido, de donde viene, y cuál es su familia. Pero esta mujer renuente de todo contacto social y sobreprotectora de su pequeño hijo no desea saber nada de visitas, no visitar lejanos vecinos, ni mucho menos revelar su vida a esos extraños.

Wildfell Hall mansion as presented in the engraving

by Edmund Morison Wimperis.

Sin embargo, nuestra narradora no será Helen, sino Gilbert Markhamm, quien nos relata todo a través de cartas que envía a un lejano amigo, contándonos cosas que ya pasaron, y nos irá revelando quién es esta parca mujer que se mudó a su zona, que es hermosa e inteligente, una artista que pinta cuadros para mantener a su hijo, pero que rehuye del contacto social al punto de que sus vecinos se comienzan a preguntar ¿acaso tiene algo que esconder? generando todo tipo de rumores y calumnias, que desembocarán en un montón de inquietudes y malentendidos. 

An 1901 illustration of a scene from Chapter 7 of Anne Brontë's The Tenant of Wildfell Hall. 

Gilbert Markham is on the left, Helen Graham on the right. Helen asking: "What did you come for?"

El libro es sumamente rico en temáticas para discutir y así se demostró en la última reunión de #UnañoconlasBrontë, donde le sacamos mucho jugo y hasta el último minuto estuvimos recordando distintos puntos para discutir.

Quizás el punto que mayor visibilización tiene es el del alcoholismo, ya que fue lo que escandalizó en gran parte a Charlotte, ya que Anne se vio inspirada por su hermano Branwell para crear algunos de los personajes: Arthur Huntingdon y sus compañeros de juerga. En estos personajes se ven todos los actos inmorales que hoy en día podemos imaginar de personas alcohólicas, al darse a los excesos, la lujuria, la violencia entre los mismos compañeros de juerga, el maltrato a los seres queridos, la adicción al alcohol como forma de escape a los problemas y también como detonante de otras adicciones como el opio.

A lithograph by Nathaniel Currier supporting the temperance movement.

The Drunkard's Progress: from the first glass to the grave

En temas de género, como novela de denuncia de cómo vivían las mujeres y el escaso amparo de derechos es otro tema de interés: a los hombres se les privilegiaba en formación y conocimientos, en tanto que la mujer solo quedaba como un mero accesorio que hay que resguardar y proteger, además de no formar sobre algunos temas relevantes para su independencia y conocimientos. Su única posición es la de satisfacer a su marido.

Por otro lado Anne nos pone por protagonista a una mujer artista, cuando nuestra propia autora escribe bajo un seudónimo para que no se sepa que es mujer, y así ser aceptada como escritora en sociedad. En el caso de Helen, ella vende cuadros para vivir, cuando en el caso de las mujeres el arte sólo se aceptaba como un hobbie, un mero entretenimiento, pero no como un artista que trabaje y venda, cuando incluso los implementos para pintar eran considerados del marido o su “tutor”, además de sus ganancias en caso de haberlas.

Nameless and Friendless. "The rich man's wealth is his strong city, etc." -

Proverbs, x, 15 1857 Emily Mary Osborn 1828-1925

¿Y saben que es lo mejor? Que esto es solo mención a una superficie del libro, que no profundicé más que en mencionar temas que toca, porque es un libro demasiado rico, un libro que levanta una pancarta y dice “miren, acá estamos las mujeres del 1800 y esto es lo que sufrimos” (y en algunos puntos se sufren al día de hoy), y lo interesante es que muchos pensarían en esa época que es una novela escrita por un hombre (de hecho nuestro relator es un hombre que demuestra una sensibilidad hacia la protagonista), y muestra en su relato sus emociones y sentimientos a su amigo en sus cartas. Nos demuestra una empatía que probablemente fuera difícil de ver en el 1800 y que incluso hoy en día hay hombres que no lo vean como una opción.

Sin dudas es una obra memorable, en mi opinión la mejor de las tres hermanas, y que me asombra cómo la censura que intentó aplicar en su momento Charlotte siga hasta hoy en día, porque no me entra en la cabeza como no hay más ediciones de este libro, por qué siempre encontramos Cumbres Borrascosas (la única novela escrita por Emily) y Jane Eyre (la más conocida de Charlotte), pero dificilmente consigamos Agnes Gray de Anne, y ni que hablar que es una odisea encontrar La inquilina. 

Esto es un grito a los lectores y a los editores de las grandes editoriales: lean La inquilina de Wildfell Hall, editen y promocionen esta novela, es una novela que se lee ágilmente e incluso se siente actual, uno fácilmente se puede enganchar con el relato, se nota que Anne lo escribió sentidamente, que transmitió su angustia y sus anhelos, y repito aunque ya lo dije mil veces: la mejor novela de las hermanas Brontë, y la mejor novela de Anne, lastima que falleció poco después de publicarla.

Con esto cierro el ciclo de #UnañoconlasBrontë, les dejo la fotito de la última reunión que tuve el gusto de dirigir, eramos poquitas como siempre sucede en las fechas entre navidad y año nuevo, pero la discusión fue un lujo, y me alegra enormemente que me haya permitido conocer a mi tocaya Anne.

Agradecimiento especial para quienes estuvieron todo el año.

Les dejo los links a las reseñas de los otros libros leídos este año:

Jane Eyre

Agnes Gray

Shirley

Cumbres Borrascosas

Villette

Y les recuerdo que está la lectura anual de Margaret Atwood para un nuevo #añocon.