Episodios: 25
Emisión: Del 3 de Julio, al 18 de
Diciembre del 2013
Productora: Studio Deen
Géneros: Acción, Histórico,
Seinen
Basado en el manga de la autoría
de Tetsuo Hara (Hokuto no Ken) y en el arte de Yuuji Takemura, llega esta
interpretación histórica de las vidas de Naoe Kanetsugu y Keiji Maeda por los
años 1590 de nuestro calendario, al final de la era Sengoku.
Las vueltas del destino quisieron
que el errante guerrero Keiji se encontrara con el famoso estratega de los Uesugi, Kanetsugu. La grandeza del otro fue cautivadora para ambos, que
comenzaron a fomentar una amistad entre ellos, o dicho de otro modo el poder de
su “Gi” como símbolo grandeza de su honor los unió.
Es así que iremos presenciando el
relato de estos viejos amigos sobre sus vidas desde el inicio de su amistad. En
los primeros capítulos, ya les advierto, que parte del segundo capítulo
recopila el primer episodio, algo incomprensible de por qué hicieron tal cosa; pero superados los iníciales capítulos que
pueden chocar un poco al espectador ya sea por la narrativa, o los diseños, comenzaron
a verse algo más cautivadores los relatos.
En lo que se puede decir que es
la primera parte veremos en conjunto los conflictos bélicos que se vieron
envueltos estos dos personajes, mientras que se nos muestra el estado político
en el que se encontraban, teniendo al mono ya viejo de Hideyoshi Toyotomi como
“emperador suplente” quien buscaba “unificar” todas las islas. Juegos de poder
y honor se verán continuamente, Toyotomi no es ningún santo y es presentado
como alguien con más deseo de poder, jugando con las estrategias, mientras
intenta sacarse de arriba en una primera instancia al clan de los Uesugi.
Ya en una segunda parte, comienza
a tirarse la historia en un enfoque total sobre Kanetsugu y su genialidad,
numerosas figuras históricas se van dando lugar desde el ya fallecido (en el
momento histórico que nos ubicamos) “el demonio” Oda Nobunaga con su gran
importancia en la trama, a Sakon Shima, Masamune Date, Hanzo Hattori entre
muchos otros hasta el famoso Ieyasu Tokugawa, quien comenzará a mover sus
fichas desde las sombras en su búsqueda de hacerse con el poder.
Como herramienta de apoyo
contaremos con un relator en OFF, que nos irá guiando en la historia, dándonos
explicaciones y tirando datos históricos en los momentos pertinentes.
El arte, de lo que más chocó a la
gente por el tema de las proporciones, sin lugar a dudas el autor juega mucho
con esto, y se podría considerar parte de su firma. Algunos sujetos son más
altos que los muros sorprendiendo a otros personajes, “es enorme” es una frase
que se va a escuchar en más de una oportunidad. Igualmente más allá de las
alturas y musculaturas los personajes irradian continuamente una cierta belleza
dentro de la masculinidad, que incluso se puede apreciar en cada ataque y
demostración de poderes. Las multitudes por su parte están animadas por
computadora, punto en contra, ya que cuando se ven movilizándose se ven a modo
robótico. La música sabe destacar acompañando momentos importantes, aunque las
animaciones de los OP dejan mucho que desear.
Personalmente para mi comenzó
siendo una serie histórica, algo atropellada por lo de “recopilatorio” ya en un
segundo episodio, pero aún así me entretenía, tras unos capítulos más cobró
forma hasta convertirse en un show más que entretenido, ya llegando a la mitad
lo encontraba disfrutable, al punto de desear ver el siguiente episodio y ver
como esos conflictos bélicos y sus jugadas estratégicas incluyendo ninjas se
iban desarrollando. El final es abierto, el manga de donde es adaptado sigue en
emisión, supongo que quisieron dejarlo en un punto de cierta resolución para
que no quedara tan cortante.
Mucha gente la juzgó por los
diseños, otros por esos primeros episodios algo atropellados, pero a quienes
disfruten de las series históricas (por más que sean inspiradas y no
completamente fieles), les diría que le dieran una oportunidad, se las
recomiendo dado que van a disfrutar mucho de la perspectiva refrescante que se
le da a Kanetsugu como figura de imponencia y estratega, y del siempre rebelde
Keiji (para quienes jugaron al “Samurai warriors”, acá también está el chiste
del tío y la bañera).
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